Sadilin Cedeno / lunes, 06 de octubre de 2025

En tiempos de incertidumbre económica, muchas personas enfrentan dificultades para cumplir con sus compromisos financieros. Sin embargo, caer en morosidad no significa perder el acceso al crédito para siempre. Existen alternativas viables para ponerse al día y recuperar la estabilidad financiera, protegiendo al mismo tiempo el historial crediticio.

 

Las entidades financieras ofrecen mecanismos como los arreglos de pago, que permiten saldar deudas en cuotas accesibles sin modificar las condiciones originales del crédito. También está la reestructuración, que ajusta términos como el plazo o la tasa de interés para facilitar el cumplimiento. Y en otros casos, se puede recurrir al refinanciamiento, una solución efectiva que permite consolidar deudas o generar un nuevo crédito con condiciones más favorables.

 

Desde el año 2020, con la aprobación de la Ley 195 sobre historial de crédito, se definieron legalmente los conceptos de arreglo de pago, refinanciamiento y reestructuración, estableciendo además el deber de los agentes económicos de incluir una referencia suplementaria en el historial de crédito. Esta referencia adicional debe ser creada cuando el cliente haya cumplido con los términos acordados en un arreglo de pago o reestructuración, y hayan transcurrido al menos seis meses desde dicho cumplimiento. Su propósito es reflejar de manera más justa el comportamiento financiero del consumidor, mostrando que ha retomado el cumplimiento de sus obligaciones. En casos de reestructuración, si el cliente mantiene un buen comportamiento por un año, la ley permite que se elimine la referencia original y se conserve únicamente la suplementaria, mejorando así su perfil crediticio. 

 

Al cierre de agosto de 2025, la plataforma de APC Experian contabiliza 5,653,947 referencias activas. De ese total solo 601 referencias tienen la observación de arreglo de pago, con un saldo acumulado de $3,219,175.  Por otro parte, 26,763 referencias están clasificadas como reestructuración o refinanciamiento, sumando un saldo de $595,971,367 (incluyendo referencias jurídicas).  Este bajo volumen de observaciones especiales refleja un buen comportamiento de pago por parte de los panameños. En cuentas de persona natural, solo el 7% del saldo total está en morosidad de más de 60 días, mientras que, en persona jurídica, el porcentaje es aún menor: 4%. Clara prueba de que el panameño mantiene una cultura de cumplimiento frente a sus obligaciones financieras.

 

Distribución por sector económico

 

Al desglosar los datos por tipo de entidad, se observa lo siguiente:

 

Bancos

393 referencias con arreglo de pago ($2,563,832).

15,930 referencias reestructuradas ($541,588,749).

 

 

Financieras

16 referencias con arreglo de pago ($318,980).

8,443 referencias reestructuradas ($32,554,244).

 

Cooperativas

57 referencias con arreglo de pago ($146,579).

No reportan casos de reestructuración.

 

Otros sectores (incluyendo retail)

130 referencias con arreglo de pago ($189,784).

2,390 referencias reestructuradas ($21,828,374).

 

 

Distribución por tipo de producto

 

Los arreglos de pago se concentran principalmente en los sectores de:

 

Tarjetas de crédito: 270 referencias ($785,794).

Préstamos personales: 178 referencias ($1,167,154).

Alquileres: 71 referencias ($89,055).

 

En cuanto a reestructuraciones y refinanciamientos, los productos en los que más se refleja esta figura son:

 

Préstamos personales: 11,497 referencias ($66,744,902).

Tarjetas de crédito: 7,705 referencias ($39,152,579).

Préstamos de auto: 2,660 referencias ($29,707,767).

 

Sin embargo, por la naturaleza de la cartera, a pesar de tener menos referencias bajo la figura de refinanciamiento o reestructuración, los saldos más altos dentro de esta categoría se encuentran en: Préstamos comerciales con $222,791,968 (2,492 referencias) e Hipotecas con $228,572,794 (2,170 referencias).

 

Cabe señalar que muchas de las reestructuraciones se originaron durante la pandemia. Las medidas de moratoria implementadas entonces llevaron a que numerosos productos financieros fueran reestructurados al finalizar dicho periodo, permitiendo a los consumidores seguir cumpliendo con sus compromisos crediticios.

 

La Ing. Giovanna Cardellicchio, gerente general de APC Experian indico que: “Aparte de estas opciones que nos brindan los agentes económicos, es fundamental adoptar hábitos financieros saludables. El ahorro regular, por pequeño que sea, actúa como un colchón ante imprevistos y evita recurrir al crédito para cubrir gastos urgentes. Asimismo, llevar un control constante de los ingresos, egresos y fechas de pago permite anticiparse a posibles dificultades y tomar decisiones informadas a tiempo”.  Además, la Ing. Cardellicchio recomienda dar seguimiento al estatus de nuestras obligaciones, revisando regularmente nuestro historial de crédito, el cual podemos solicitar de forma gratuita en los centros de atención de APC o adquirirlo de manera digital, descargando la aplicación con la que puedes inscribirte de forma digital y monitorear tu información financiera, sin importar la hora o el lugar donde estés.

 

Más allá de las opciones disponibles, lo más importante es actuar con prontitud. Contactar a la entidad financiera al primer signo de dificultad, permite encontrar soluciones antes de que la situación se agrave. Cumplir con los acuerdos establecidos es clave para evitar consecuencias mayores y comenzar a reconstruir el récord crediticio y con ello tu perfil como sujeto de crédito en el sistema financiero.

 

Mantener un buen historial de crédito no solo abre puertas a nuevos préstamos, es nuestra carta de presentación al momento de tomar decisiones como alquilar una vivienda, contratar servicios o emprender un negocio. Por elloi, es fundamental asumir con responsabilidad los compromisos adquiridos y buscar apoyo cuando sea necesario.

 

Ponerse al día es posible. Las herramientas están al alcance; lo esencial es tomar la decisión y dar el primer paso hacia una salud financiera renovada. Tu historial crediticio es más que un número: es tu reputación financiera.